Fisioterapia - Sarcopenia
La sarcopenia se define como la pérdida de masa muscular y de fuerza que acontece en el desarrollo de la vida. Se da en todos los sujetos a partir de los 45 años como consecuencia del envejecimiento.
La disminución de la tasa metabólica (fruto de la menor musculatura), junto con una disminución de los niveles de actividad física, harán que con el avance de los años se produzca un aumento de la masa grasa y disminución de la masa magra, es decir más tejido graso y menos músculo.
Los factores que determinan la sarcopenia son la cantidad de masa muscular desarrollada durante la edad adulta y la velocidad de pérdida.
Para ello, son determinantes el estilo de vida y el nivel de actividad física que hayamos tenido durante el desarrollo de nuestra vida.
Un aumento de la fuerza mediante actividad física se asociará con un retraso de la sarcopenia y la osteopenia*
* La osteopenia es la disminución de la mineralización ósea, precursora de la osteoporosis.
Con el envejecimiento, ocurren cambios que favorecen a la sarcopenia como son:
- Factores neuromusculares: pérdida de motoneuronas y disminución de células satélite (a partir de 60 años).
- Factores endocrinos: descenso de las hormonas anabolizantes (estrógenos, testosterona, insulina...) y descenso de la vitamina D.
- Factores inmunitarios: Con la edad se produce una elevación del TNF-alfa y citrinas como IL-6, IL-1Ra, IL-1beta, lo que favorece un estado de inflamación de bajo grado, favoreciendo el cataclismo proteico de la masa muscular.
- Factores celulares: disminución de mitocondrias en las células.
- Cambios de hábitos: con la edad nos volvemos más sedentarios, comemos menos proteínas, y suelen coexistir otras patologías asociadas.
Por suerte, el tratamiento más efectivo, barato y con alta evidencia para ralentizar el proceso del envejecimiento y con ello la sarcopenia, es la actividad física y en concreto el entrenamiento de FUERZA.
En el siguiente ejemplo, veremos dos imágenes de los muslos de dos personas durante el envejecimiento. Arriba una persona sedentaria de 74 años y abajo una persona activa de 70.
Como se aprecia en la imagen de la persona sedentaria, tenemos una gran masa de tejido adiposo (zona blanca) mientras que la zona magra (músculo) es muy pobre.
En la imagen de abajo, de la persona activa (triatleta), a pesar de sus 70 años apenas tiene tejido graso y la masa magra está muy conservada.
Este es un claro ejemplo de cómo la actividad física, y más en concreto el entrenamiento de FUERZA, puede retrasar el envejecimiento.